La Compañía de Santa Teresa fue fundada por Enrique de Ossó el 23 de junio de 1876. Este sacerdote catalán del convulso siglo XIX español, descubrió en Teresa de Jesús la fuerza de su espiritualidad, creyó en el gran potencial de la mujer para evangelizar y vio en la educación el medio eficaz para transformar la sociedad. Desde este convencimiento se dio su despliegue apostólico y carismático que se traduce en conocer y amar a Jesús, para hacerle conocer y amar.
Hace más de 130 años que el Carisma Teresiano está presente en América, haciendo surgir su semilla en diversas realidades y culturas; impulsando la misión educativa en pluralidad de formas y presencias, y haciendo posible con otros y otras, caminos de inclusión y justicia.
Los colegios teresianos en América, como parte de una realidad interconectada y en permanente cambio, queremos vivir al modo de Jesús la misión educativa en red, y en comunidades teresianas que aprenden asumimos la ética del cuidado y el trabajo colaborativo para fortalecer una educación que humaniza, libera y transforma.
Educamos educándonos desde la realidad y para la vida, como sujetos de encuentro y transformadores sociales.
